Como individuos podemos marcar la diferencia y colaborar a través de diferentes prácticas para lograr un futuro sustentable.
El medioambiente es una preocupación de primer nivel para la comunidad mundial y los diferentes gobiernos. Sin bien se están llevando a cabo múltiples políticas públicas para reducir el impacto de la contaminación en nuestro planeta, nosotros podemos colaborar desde nuestras prácticas cotidianas para cuidar el medioambiente.
Las decisiones que tomamos en el día a día como los productos que consumimos, la comida que comemos y la basura que producimos, tienen un impacto en la naturaleza. Muy pocas personas son conscientes de esto, por ello se han generado campañas de información y han surgido diferentes organismos que impulsan a los ciudadanos a tomar conciencia sobre su responsabilidad con el planeta.
Para saber más sobre la situación medioambiental en México, visita el especial sobre Cuidar el medioambiente
La acción individual enfocada en el cuidado del planeta es solo un pequeño grano de arena que puede transformarse en una acción colectiva a gran escala, generando un cambio sustancial a nuestro alrededor. Algunas de estas prácticas requieren la toma de medidas por parte de las autoridades o empresas, mientras otras solo requieren de la voluntad de cada uno y de una pequeña modificación de las costumbres.
El Fondo Mundial para la Naturaleza realizó un compilado sobre algunas ideas prácticas que pueden generar un impacto positivo en el planeta, y puede llevarlas a cabo cualquier individuo. A continuación, te mostramos algunas de las acciones más importantes.
- Camina o usa tu bicicleta: en México, uno de los problemas medioambientales más grandes es la emisión de CO2 por la quema de combustibles, lo que ha generado una mala calidad del aire en todo el país. Para revertir esta situación, comienza a moverte caminando o usando una bicicleta. Por cada kilómetro, puedes reducir hasta 1 kilo de CO2.
- Cuida la luz: en nuestro país, más del 30% de los gases de efecto invernadero son ocasionados por el uso de electricidad. Una práctica saludable es cambiar los focos de luz por focos de bajo consumo y apagar tanto luces como aparatos electrónicos cuando no son necesarios. Esta acción no solo ayudará al planeta, sino que también será beneficioso para tu bolsillo.
- Comienza a reciclar: aprende dónde están los centros de reciclaje de tu región para poder llevar tus electrónicos viejos u objetos que contengan productos químicos, como pilas, latas de pintura, etc. En tu hogar, separa la basura orgánica de la inorgánica y esta última, puedes también separarla de acuerdo a los materiales que la compongan, como plástico, vidrio, papel y cartón.
- Cuida el agua: ahorra toda el agua que te sea posible a través de prácticas cotidianas, procurando que tus duchas sean cortas, utilizando el lavarropas solo cuando está lleno y cerrando el grifo cuando lavas tus dientes. También puedes informarte sobre las formas de captación de agua, como recoger agua de lluvia para su posterior uso.
- Evita usar plástico: las bolsas y botellas de plástico están en todas partes y su material es muy nocivo para el planeta: tarda más de 1000 años en degradarse y causa daños irreparables en los mares y la tierra. Evita su uso llevando bolsas de tela para las compras, envuelve la comida en papel de aluminio, y rellena una jarra con agua para evitar comprar botellas de plástico.
- Mira lo que comes: en la cadena de producción de alimentos se generan los mayores daños al planeta. Intenta consumir productos que contengan la certificación de “producción ecológica” para asegurarte que lo que comes no contamina y además es un alimento sano, libre de pesticidas y transgénicos de diferentes tipos.
Fuente: Universia