México asumirá un papel protagónico para contribuir al desarrollo sostenible mediante el seguimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cuyo fin es mejorar las condiciones económicas de la población: Gustavo Pérez.
De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que plantea la Red Pacto Mundial de las Naciones Unidas, destacan la paz y estabilidad, energía renovable, agua y saneamiento, empoderamiento de la mujer y educación como prioritarios para que México logre su desarrollo sustentable, consideró el presidente del comité del organismo en México, Gustavo Pérez Berlanga.
“Tenemos muy claro que las empresas tendrán un papel relevante para abatir el rezago —no sólo en el país, sino en el mundo— en los próximos 15 años a través del cumplimiento de los objetivos de responsabilidad corporativa”, enfatizó.
Agregó que el reto es que los empresarios se convenzan de adherirse al Pacto Mundial, que tiene tres líneas de acción, como son combatir la pobreza, eliminar cualquier tipo de desigualdad y proteger del medio ambiente.
“En el 2005 nació la Red Pacto Mundial México y cuenta con 735 empresas, de las cuales 60% son grandes y el restante 40% corresponde a las pequeñas y medianas. Todas se han comprometido a alinearse a nuestras estrategias en temas de inclusión, responsabilidad social y sustentabilidad”, expuso.
Confió en que México asumirá un papel protagónico y de liderazgo para contribuir al desarrollo sostenible mediante el seguimiento de los 17 ODS y que sensibilicen las empresas, entidades públicas y organizaciones no gubernamentales para contribuir a mejorar las condiciones económicas de la población y mejorar al planeta.
La Arquitectura Post-2015
Gustavo Pérez Berlanga indicó que para que los objetivos se adapten a las necesidades locales, la Red Pacto Mundial México realizó mesas temáticas de trabajo con grupos empresariales y la resultante fue la denominada Arquitectura Post-2015, que desarrolla 10 objetivos que son: buen gobierno y derechos humanos, infraestructura y tecnología, paz y estabilidad, energía y clima.
Además, agua y saneamiento, alimentación y agricultura, salud, empoderamiento de la mujer e igualdad de género, educación, y prosperidad y equidad.
“Estos 10 principios universalmente aceptados fueron delineados en 1999 en Davos, Suiza, a iniciativa del ex secretario de Naciones Unidas, Kofi Annan, quien supo que las empresas en el mundo son fundamentales para el mejoramiento del planeta.
El coordinador de la Red del Pacto Mundial de Naciones Unidas para México, Marco Antonio Pérez Ruiz, explicó que para el 2016 el compromiso asumido en materia de responsabilidad social y sostenibilidad es realizar foros de diálogo por sectores sobre los ODS prioritarios en México para continuar con diagnósticos, compartir prácticas y desarrollar un plan de acción en conjunto.
Mencionó que las cámaras de comercio, confederaciones patronales y asociaciones de diversos sectores productivos “son como una caja de resonancia que trabajaremos para montar foros, talleres y realizar conferencias y formar parte de la Red en México.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible
Indicó que entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible están: fin a la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación y calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento.
Además, trabajo decente y crecimiento económico, industria innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, entre otros.
Pérez Ruiz explicó que el organismo con sede en México cuenta con un importante acervo de información que puede ser consultada en Internet para los interesados consulten las empresas integradas a la red y sean referentes de casos de éxito y acciones que pueden emplear para aplicar prácticas trazadas en los ODS.
El Pacto Mundial de las Naciones Unidas nació en el 2000. Es la iniciativa más grande en responsabilidad corporativa en el mundo, con más de 12,000 firmantes en más de 150 países y redes locales en 96 naciones.
El sector empresarial se debe esforzar para revertir la falta de desarrollo social: Pablo del Arco
Este año termina la vigencia de los ocho Objetivos del Milenio (ODM), con 60 indicadores que están encaminados fundamentalmente a erradicar la pobreza extrema, abarcando el saneamiento de agua y salud, la educación, así como mejorar las condiciones de vida, enfocados principalmente a los países subdesarrollados o en vías de desarrollo.
Sin embargo, desde el pasado 2 de agosto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó el contenido final de una nueva agenda de desarrollo sostenible (pos-2015) y fue ratificada entre el 25 y 27 de septiembre por los jefes de Estado y de gobierno en la cumbre organizada.
Ahora, en la Agenda 2030 se incluyen 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 169 metas a cumplir y se amplía a todos los países; ya no sólo para los países en vías de desarrollo. Los objetivos de la protección de la biodiversidad marina y terrestre tiene un deadline para el 2020, dada la urgencia de actuar al respecto.
El Estado no puede hacerse cargo de la magnitud del escenario, el esfuerzo de construir un mundo mejor implica la actuación de todos los países y la integración de las empresas y la sociedad civil.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030 ya no están centrados únicamente en la pobreza, van más allá y cubren las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y cuidado ambiental.
Ante este escenario, de acuerdo con Pablo del Arco Fernández, consultor senior de Sustentabilidad y Cambio Climático de EY México, precisó que las empresas tienen que participar con los ODS más allá de su estrategia de negocio, como la filantropía, principalmente manifestada a través de las donaciones económicas y el voluntariado; comprometerse con el desarrollo de programas de Responsabilidad Social Empresarial, vinculados a los impactos de las actividades de la empresa, sin dejar a un lado las metas de los ODS; y finalmente la extensión de sus actividades mediante nuevos modelos de negocio, adaptados al contexto y necesidades de aquéllos menos atendidos.
Asimismo, el sector empresarial se tiene que esforzar para revertir la falta de desarrollo social. Si el mercado presenta crecimiento, las empresas tendrán confianza en invertir, lo que se traduciría en la generación de empleo y bienestar; por tal motivo es importante su participación.
La empresa está fuertemente entrelazada con las comunidades cercanas donde opera. Más allá de lo laboral y de dar dinero a la comunidad, tiene que trabajar de la mano con ésta a través de su negocio para contribuir al desarrollo de la sociedad.
El reto es concientizar a su sector empresarial para generar beneficios no sólo propios, y a la vez crear valor a sus grupos de interés como es la sociedad, concluyó Pablo del Arco.
Fuente: El Economista – Edna Herrera / Perla Pineda