Eso de que una compañía tenga que cerrar por la mala prensa, pasa poco en la realidad y es más bien tema de películas, pero definitivamente no hay nada como tener buena relación con los vecinos, y muy especialmente con los clientes.
Desde hace muchos años muchas empresas en México y en el mundo han destinado una parte importante de sus gastos de operación a las relaciones públicas. No hablamos aquí solamente de la publicidad, usted sabe, la parte de mostrar a los potenciales clientes las bondades de sus productos, sino la otra que tradicionalmente consistía en ocultar los trapitos sucios, de los que ningún negocio está exento, y que de ventilarse al sol, podrían repercutir en la opinión que tuviera la gente de ellos, en las ventas que pudieran verse disminuidas por efecto de esa opinión, y finalmente en las utilidades para los dueños o accionistas de la empresa.
Eso de que una compañía tenga que cerrar por la mala prensa, pasa poco en la realidad y es más bien tema de películas, pero definitivamente no hay nada como tener buena relación con los vecinos, y muy especialmente con los clientes.
Algunas empresas, sobre todo los monopolios o las paraestatales y las paramunicipales, sabedoras como son de que son la única opción que tiene el cliente de obtener el bien o servicio que desean, pasan por alto la importancia de tener una buena relación con la gente, en Saltillo tenemos un caso muy lastimoso con los administradores del servicio de agua, que se han hecho odiar no sólo con sus acciones sino con su despotismo a la hora de tratar con los habitantes de la ciudad, quienes aunque sea de manera muy remota y periférica, son los dueños del líquido, de la empresa y si a esas vamos, hasta del ayuntamiento.
Pero cuando de lo que se habla es de un producto que ofrece más de una compañía, el cliente tiene el derecho y de hecho lo ejerce, de elegir aquella opción que más le convenga. Cada vez más son las empresas, al menos las de ciento nivel, que buscan posicionarse, y de preferencia hasta certificarse, como empresas socialmente responsables, habiéndose dado cuenta de que este sello, por sí solo, vende, y aunque representa un costo, vale la pena en comparación con mantenerse en el buen ánimo de la población.
Sobre este punto la consultora internacional Nielsen llevó a cabo su versión 2015 de su Encuesta global de responsabilidad social corporativa, en la cual pudieron determinar que cada vez más los consumidores se muestran dispuestos a pagar más, por productos que tienen la característica de ser socialmente responsables, de manera general, el 66% de los encuestados respondió que pagarían más por productos y servicios provenientes de empresas que están comprometidas con tener un impacto positivo en lo social y en el medio ambiente, en lo que significa un crecimiento importante respecto del 55% del año 2014, y del 50% del 2013.
Dice el reporte de Nielsen que conforme se incrementan las preocupaciones de la gente respecto al medio ambiente y la sustentabilidad corporativa, esto a nivel mundial, la comprensión respecto al vínculo entre la actitud y hasta los sentimientos de las personas, y sus acciones de compra, han adquirido una importancia hasta hace poco tiempo inconcebible.
Según los datos recabados por los autores del estudio, las marcas de los productos comercializados al menudeo, que pudieron demostrar un compromiso con la sustentabilidad ante sus clientes, lograron un crecimiento de 4% en el año 2014, por comparación con las empresas que no se ocuparon del asunto, que registraron un aumento de tan sólo 1%.
Este dato por sí mismo deja en claro el vínculo que tiene la sustentabilidad y el cuidado del ambiente en la mente del consumidor, quien no sin razón, siente y piensa que con algo está contribuyendo al adquirir a esta clase de empresas, y no a aquellas otras que se muestran desinteresadas de la cuestión, a las que no falta quién haga aparecer como villanas, por supuesto en primer lugar sus competidores.
La encuesta de Nielsen en este año 2015 incluyó más de 30 mil personas encuestadas en sesenta países, sólo para que vea la importancia que se concede al tema, obteniéndose algunos datos interesantes para toda empresa que pretenda mantener su posición en el mercado, y aun mejorarla, sin dejar de lado que también dentro de las empresas hay o pueda haber genuino compromiso con las mejores causas de la sociedad contemporánea, y no sólo con la ganancia por sobre cualquier otra cosa.
Entre los hallazgos principales está el hecho de que el 62% de las personas manifestó que sus compras están fuertemente influenciadas por que los productos sean manufacturados por una compañía en la que tenga confianza; un 59% respondió que su compra depende de que el producto ofrezca beneficios para la salud y el bienestar; un 57% dijo inclinarse por que el producto esté fabricado a partir de ingredientes frescos, naturales u orgánicos; el 45% que el producto provenga de una compañía bien conocida por ser amigable con el medio ambiente; el 43% prefirió productos de compañías comprometidas declaradamente con los valores sociales; de manera significativa, un 41% expresó su preocupación y preferencias porque los empaques de los productos también sean amigables con el medio ambiente; igual cifra prefiere las empresas que se preocupan y se interesan con la comunidad; y con un 34%, menor pero no despreciable, la preferencia por productos o compañías que anunciaron en televisión o en otros medios lo que están haciendo por el medio ambiente, o por la comunidad.
A que decir que ejemplos de éstos sobran, pero hasta el momento solamente de ciertos niveles, así vemos publicidad en los cines de una gran empresa ferroviaria que lleva en sus trenes un vagón equipado como consultorio médico que presta servicio a las comunidades por las que pasan las vías, otra de que el mismo camión rojo que lleva y trae los refrescos por todos lados, también se usa para ir a sembrar arbolitos a las áreas que se están reforestando, en algunos supermercados se pueden ver las estadísticas de los volúmenes de materiales que han reciclado, sus contribuciones en becas, y otros beneficios.
Allí están, y como lo demuestra la encuesta de Nielsen, funciona. Estos ejemplos son de grandes empresas nacionales e internacionales, sería interesante que las empresas locales, de pequeñas y medianas dimensiones también se interesaran en dar a conocer lo que hacen por su comunidad y por el medio ambiente, sobre todo porque se trata de empresarios y directivos locales que viven en esta ciudad, que saben lo que se necesita y apoyan para solucionar los problemas. Si el tema le interesa, le recomendamos leer el reporte de la encuesta en http://www.nielsen.com/us/en/insights/news/2015/sustainable-selections-how-socially-responsible-companies-are-turning-a-profit.html
Fuente: El Diario de Coahuila – Horacio Cárdenas Z (Facultad de Economía Universidad Autónoma de Coahuila)