La Universidad de Barrios, descrita por sus propios docentes voluntarios, es un “aprendizaje de vida” para todos, una experiencia de altruismo en la que se beneficia más el que ayuda y que ha dado lugar a un modelo pedagógico singular, a partir de la experiencia del alumno.
Esta iniciativa de la Universidad de Monterrey ofrece espacios de formación a personas de escasos recursos interesadas en adquirir conocimientos y habilidades en el ámbito personal, productivo y social, para desarrollar agentes de cambio en su comunidad.
El proyecto de liderazgo comunitario nació en 2006 y desde entonces han egresado nueve generaciones.
Para graduarse de su diplomado, el participante debe realizar un proyecto en el barrio donde viva que beneficie a la comunidad al replicar lo aprendido en este programa.
La Universidad de Barrios se lleva a cabo gracias a los catedráticos y colaboradores de la UDEM, quienes apoyan voluntariamente como expositores o como tutores de los proyectos que realizan en comunidad.
Los estudiantes tienen opción de graduarse en las siguientes especialidades con duración de un año: desarrollo humano y social, desarrollo familiar, salud comunitaria, prevención de problemáticas sociales, sostenibilidad y edad de oro: aprendiendo a envejecer dignamente.
El programa tiene un costo mínimo de recuperación, por lo cual ha sido accesible para personas de escasos recursos. Además, varios municipios del área metropolitana han inscrito a líderes comunitarios y de barrios para detonar diversos proyectos en sus localidades.
Aprendizaje de vida
Jesús Castillo López, profesor asociado del Departamento de Psicología, ha participado desde el nacimiento del proyecto, al cual se refirió como un “aprendizaje de vida” con un “modelo educativo bastante sensibilizador”.
El psicólogo estableció que, en la mayor parte de los casos, el tema que se aborda en clase es solo el motivo para reunirse y compartir conocimientos y experiencias; se comparte lo que se sabe profesionalmente, expresó, pero también lo que se es como persona.
“Es una experiencia de altruismo, de que uno como profesional también pueda dar por voluntad propia algo de lo que sabe y, como en el altruismo, casi siempre el que más se beneficia es el que ayuda, entonces el altruismo es el único tipo de egoísmo permitido del que uno sale beneficiado”, sentenció.
Al definir el modelo pedagógico de la Universidad de Barrios, el catedrático citó al educador brasileño Paulo Freire: “Nadie enseña a nadie, todos aprendemos de todos”.
Luego de abocarse al tema de proyectos comunitarios, Castillo López también ha compartido temas de tercera edad, ha ofrecido cursos de educación sexual, de manejo de conflictos, de prevención de delincuencia y de adicciones.
Destacó las diferencias entre su práctica con estudiantes de profesional y su vivencia como instructor en esta innovadora iniciativa, ya que en los jóvenes predomina una motivación extrínseca, mientras que los adultos van por voluntad propia e intereses inmediatos.
“Nuestros estudiantes son buenos, pero muchos de ellos están aquí porque son enviados por sus padres, que quieren que se formen profesionalmente; pero en la Universidad de Barrios son gente que intrínsecamente está motivada, viene porque quiere”, sostuvo.
Al servicio del hombre
Graciela Quintero Flores, profesora emérita de la UDEM, se involucró casi desde el principio con esta propuesta educativa, excepto los primeros dos años, entre otras cosas, porque atestiguó la forma en que los líderes llevan a sus comunidades el conocimiento y ayudan a crecer a esas personas que están a su alrededor, incluyendo su propia familia.
“Es una forma de servicio, el principio fundamental de la UDEM es que ‘el hombre solo se realiza al servicio del hombre’ y considero que esta forma de servicio es muy importante porque se multiplica”, indicó.
Incluso, además de esta maestra del Departamento de Ciencias Básicas, en los cursos participa también su esposo, quien es médico y fue maestro de la UDEM por muchos años, turnándose los módulos de la tercera edad o las etapas del crecimiento de los hijos.
“Las experiencias con las personas que vienen son muy enriquecedoras, participan mucho, hacemos dinámicas dentro de la plática; en la mayoría de los casos, los temas que se exponen son de utilidad inmediata, porque en las dinámicas que hacemos se les pide que piensen y compartan sus propias experiencias”, explicó.
Quintero Flores afirmó que la Universidad de Barrios es una oportunidad que los docentes tienen para contribuir al desarrollo de las comunidades que están alrededor de la Universidad, además de que se aprende mucho de esas personas.
Más que una donación
Juan Fernando Potes González, profesor del Departamento de Derecho y director del Centro de Mediación de la UDEM, ha participado en temas de Derecho, participación ciudadana, formación del Estado y seguridad.
“Normalmente, se parte de situaciones muy específicas que les pasa en su vida cotidiana y lo que hace falta es un norte para entenderlas, se trata de una experiencia especial, porque no solo cada semestre es diferente, sino que de un sábado a otro acuden diferentes personas”, indicó.
Potes González marcó algunas diferencias al referirse a los alumnos regulares de carrera, quienes no tienen mucha experiencia de vida y el rango de cuestiones a las que se van a enfrentar es mucho más amplio.
“Acá (en el nivel profesional), la manera de abordar las cuestiones es más conceptual y en la Universidad de Barrios es atendiendo a las preguntas e inquietudes específicas del grupo”, expuso.
Alejandro Ríos Hernández, gerente de Información Estratégica, hace dos meses tuvo apenas su segunda experiencia, después de haber participado el año pasado por primera vez y se inclinó por la materia de Liderazgo por estar vinculada con una clase que imparte a nivel licenciatura.
Descubrió que los asistentes al programa son realmente líderes si se analiza lo que ellos hacen en su comunidad en su día a día, “no es gente que sea apática a lo que les sucede, tienen un sentido de comunidad”.
“Aunque (la Universidad de Barrios) es un tiempo que pareciera que uno está donando, estoy descubriendo que es un tiempo que cargo pilas en cuanto a entender que tengo que seguir preparándome, que es un viaje, que no es un destino”, puntualizó.
Su metodología personal consiste en abrirse como persona con los asistentes, más allá de ver el material formal de la clase, mientras los hace participar, “porque me doy cuenta de que tienen muchas ganas de que se les escuche”.
Los profesores universitarios lanzaron la invitación a otros maestros y colaboradores a unirse a esta experiencia como voluntarios en la Universidad de Barrios.
Castillo López invitó al aprendizaje vivencial, “a compartir algo de lo que uno tiene como profesionista y como ser humano”.
Quintero Flores dijo que este proyecto es una manera de vincularse con la sociedad: “Más que una ayuda, es una oportunidad para poder corresponder a la sociedad; sientes que ayudas y sientes que aprendes, y sientes que hay deseo de ellos por aprender”.
Ríos Hernández, por su parte, aclaró que quiso participar “porque la UDEM me ha dado mucho y es una manera de empezar a regresarle algo”.
“Entonces, estoy aprendiendo de ellos, cuando regreso a mi casa siento que fue más lo que recibí que lo que di, esa sensación la tuve cuando hice mi servicio social”, expresó.
Para quienes deseen mayor información, pueden dirigirse con Olga Esquivel Ugarte, coordinadora del programa Universidad de Barrios, al teléfono 8215 1732 o al correo electrónico olga.guadalupe.esquivel@udem.edu.mx
Fuente: UdeM