Este fenómeno afecta la vida de todos, la población combate sus dificultades con sus propios medios, lo que nos lleva a un mayor incremento en el sector informal.
El desempleo tiene un enorme costo a nivel personal, la baja autoestima, la depresión y la desestabilización en las relaciones familiares son algunas de las consecuencias. También tiene un costo a nivel social, que implica la pérdida de bienes y servicios que los llevan a la pobreza. Por otro lado el costo económico se refleja en la pérdida de productividad empresarial, al estancamiento de la competitividad nacional y a un rezago en el desarrollo
La gravedad del desempleo desalienta a quienes han logrado estudiar en niveles medios o medio superior. De acuerdo a las cifras registradas por el INEGI, ocho de cada diez de quienes perdieron su trabajo tenían mayor nivel de instrucción educativa. El resto no contaba con estudios completos de secundaria.
En México hay dos grandes retos actualmente: la incapacidad estructural de generar los empleos exigidos por el crecimiento de la población en edad de trabajar y la desigualdad. Estos factores solamente se eliminan con estrategias inteligentes por parte del gobierno y con ayuda de cada uno de nosotros para mejorar el país.