El voluntariado corporativo es una expresión de la responsabilidad social empresarial (RSE). Por su impacto positivo hacia adentro de la empresa y en las comunidades donde opera, es una de las mejores prácticas de responsabilidad social empresarial que está creciendo en todo el mundo.
La semana pasada, se realizó en México la primera reunión presencial del Primer Congreso Iberoamericano de Voluntariado Corporativo, que resulta a todas luces novedoso.
El Congreso inició el pasado 25 de marzo y tendrá una duración de ocho meses con eventos en 10 países. Las siguientes reuniones presenciales serán en Bogotá, en julio, y en Barcelona en octubre.
Se trata de una iniciativa impulsada por Voluntare, una red internacional de empresas y organizaciones de la sociedad civil (OSC) que promueven el voluntariado corporativo en alianza con la Fundación Hazloposible de España y la Red Forum Empresa.
En México, el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) es el organizador y convocante. El Congreso está aglutinando toda la actividad sobre voluntariado corporativo de empresas, OSC y organismos públicos de ambos lados del Atlántico. Sus temáticas formarán parte de la Global Initiative to Advace Corporate Volunteering, liderada por Naciones Unidas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al voluntario como “aquella persona que realiza un trabajo no obligatorio y llevado a cabo sin recibir remuneración alguna a cambio, en el que un individuo dona tiempo para realizar actividades —sea a través de una organización o de manera directa— para ayuda de otros fuera de su hogar”.
Buissness in the Community define el voluntariado corporativo como: “La movilización de las empresas de tiempo, talento, energía y recursos de sus empleados para contribuir a la comunidad. Esto incluye: compromiso a largo plazo, desarrollo de capacidades y tareas concretas, transferencia de capacidades, desafíos de trabajo en equipo, apoyo de la compañía a los proyectos
Las empresas han desarrollado diversas estrategias para motivar, organizar y medir el voluntariado corporativo entre sus colaboradores: alianzas con las OSC; trabajo directo en las comunidades y especialmente el llamado “Día D”, donde en una fecha específica todos los colaboradores interesados en participar brindan su tiempo y talento para una causa común.
También han implementado sistemas de voluntariado virtual y una gran variedad de formas que surgen de la creatividad de los mismos colaboradores.
Las empresas que cuentan con voluntariado corporativo saben la importancia de medir los resultados de las acciones voluntarias para conocer el impacto en las comunidades y varias ya lo están haciendo.
Con todo el desarrollo que está teniendo el voluntariado corporativo, tiene retos importantes:
- ¿Cómo motivar la participación voluntaria de los colaboradores? Sin duda no es cosa fácil sugerirle a un colaborador que además de su carga de trabajo cotidiana dedique tiempo a llevar a cabo actividades en favor de otros.
- Cómo diseñar actividades de voluntariado que resulten eficaces en las comunidades y atractivas para los colaboradores, que tengan un impacto social real y tangible y se encuentren preferentemente alineadas con la misión de la empresa.
- ¿Cómo estimular la permanencia y continuidad del trabajo voluntario desde la empresa? ¿Cómo ayudar a mantener el interés de los colaboradores en las diversas actividades de voluntariado?
Grandes empresas o PyMEs, todas tienen la posibilidad de impulsar el voluntariado corporativo, siempre y cuando exista la determinación de ayudar a la comunidad, tratar con respeto y entusiasmo a los colaboradores y tener en claro los objetivos qué se quieren alcanzar en la comunidad.
Fuente: CEMEFI