Identidad empresarial y voluntariado: Algunos autores señalan que la identidad colectiva, supone que los individuos se perciban a sí mismos como miembros de un determinado grupo social. No obstante, existen dos tipos de identidad (Mercado y Hernández, 2010), una que se relaciona sólo con la adscripción o membresía de grupo, y otra, que implica conocer y compartir los contenidos socialmente aceptados por el grupo; es decir, estar conscientes de los rasgos que comparten en común y forman el “nosotros”. En este sentido, un individuo puede estar integrado a un grupo social, sin sentirse parte de éste, lo cual lleva a un rompimiento del lazo social con el grupo.
Identidad empresarial y voluntariado
Sobre esta línea, la identidad colectiva implica una elección por parte del individuo conforme a aspiraciones, metas, oportunidades de crecimiento y de igualdad social y su contexto social influye en dicha elección.
Así mismo, otro factor relevante en la construcción de una identidad colectiva, implica el valor otorgado y percibido por el propio individuo al hecho de pertenecer a algún grupo, y esto es justo lo que despierta el sentido de pertenencia, referido incluso con frases como “siento orgullo de ser parte de este grupo”, como aquel slogan conocido “Orgullosamente UNAM”, por poner un ejemplo.
De este modo, se sabe que el sentido de identidad o pertenencia, tiene relación con la permanencia de los individuos a grupos de trabajo. Es por ello que, en el contexto laboral actual, diversas empresas han buscado que los beneficios otorgados a los colaboradores, no sólo sean en términos monetarios, sino también de crecimiento profesional, personal, así como el desarrollo de los miembros de la familia y comunidad a la que pertenecen, ya que esto mismo es lo que favorecerá la construcción de la identidad de colaborador con la empresa.
Actividades de voluntariado empresarial, son un ejemplo de las acciones que empresas comprometidas llevan a cabo para integrarse de manera activa en la promoción de cambios positivos que redunden en la generación del bien común en su comunidad y con sus colaboradores.
En la región del Bajío, por ejemplo, conformada por estados cuyo crecimiento industrial ha sido exponencial en la última década, principalmente en el giro automotriz; empresas como CONAGRA BRANDS, FAURECIA, GENERAL MOTORS, PEÑAFIEL, PROVIDENT, VESTA y ORBIS, conscientes de la necesidad de que sus colaboradores encuentren en su entorno laboral un puente de desarrollo para su comunidad, han encaminado sus acciones de responsabilidad social de la mano con Fondo Unido-United Way México, al desarrollo de proyectos de impacto comunitario, sumándose, además, como miembros activos del proyecto a través de actividades de voluntariado, logrando con ello que la brecha entre empresa y comunidad sea cada vez más corta y que el sentido de pertenencia de sus miembros de equipo se fortalezca.
Fuente: Fondo Unido