Existe la idea generalizada de que el emprendimiento social y la rentabilidad social se contraponen. Nada más alejado de la realidad.
Para Michael Chu, catedrático de la Universidad de Harvard y cofundador del fondo de venture capital IGNIA, el éxito de inversiones de impacto social radica principalmente en su rentabilidad.
La apuesta por proyectos que provean bienes y servicios a mercados de bajos ingresos, también llamados ‘la base de la pirámide’ parece prometedora en sociedades como México, en donde este grupo constituye el 70% de su población.
Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (CONEVAL), el 46% de la población en la República Mexicana vive bajo el umbral de la pobreza, expuesta a carencias en necesidades básicas, de salud y vivienda. Otro 10.4% de la población se cataloga en una situación de extrema pobreza, con ingresos que no superan los 1.25 dólares diarios.
Diversos diagnósticos como el estudio (Redefining) Success in a Changing World 2014, señalan que el emprendimiento social en México se ubica aún en una etapa temprana de desarrollo, con un mercado potencial de oportunidades para resolver necesidades básicas en diversas comunidades alrededor del país.
Estos modelos de negocio juegan actualmente un rol fundamental como proveedores de servicios básicos y transformadores sociales en sectores fundamentales como el de la vivienda, entre otros.
El valor de la vivienda. En México existe un déficit de cerca de 8 millones de viviendas para familias en la base de la pirámide de ingresos.
La respuesta a esta problemática asegura Antonio Díaz, fundador de PROVIVE, radica, no exclusivamente en la creación de vivienda nueva, sino en la regeneración urbana de casas y comunidades, siguiendo las recomendaciones de la OCDE y fomentando la integración comunitaria.
PROVIVE, empresa originaria de Baja California fundada en 2009 -que forma parte de la Red de Emprendedores de ENDEAVOR MÉXICO-, ofrece a comunidades de bajos ingresos la oportunidad de adquirir una vivienda remodelada, bien ubicada, con acceso a servicios básicos y con garantías como si se tratara de una casa nueva, al mismo tiempo que implementa un plan de desarrollo social con el objeto de crear comunidades fuertes y activas.
En 2011, la empresa vive un hito muy importante con la inversión de IGNIA en su modelo de negocio por valor de 3.3 millones de dólares. En 2014, PROVIVE se consolida como líder en el sector de regeneración urbana en México, con más de mil 500 casas rehabilitadas y ventas por un valor de 170 millones de pesos. Su experiencia como vecinos de comunidades en riesgo de exclusión les permitió palpar las necesidades e idear las soluciones adecuadas.
En colaboración con la Fundación Tu+Yo, la empresa lleva a cabo una metodología de intervención que implica la regeneración de viviendas y del entorno en que se ubican.
A través de un diagnóstico general, entrevistas uno a uno y reuniones generales con los miembros de la comunidad, se identifican las necesidades prioritarias y las figuras representativas, denominadas agentes de cambio.
Para medir el impacto de esta iniciativa, PROVIVE y la fundación se centran en valores como el incremento en la plusvalía de las viviendas en las zonas regeneradas y la participación social en horas/hombre.
Los próximos pasos incluyen la reocupación durante 2015 de más de mil 200 viviendas y el reto de duplicar esta cifra para el próximo año con la apertura de tres nuevas plazas: Guadalajara, Monterrey y Puebla.
En el plano internacional, PROVIVE ve en el mercado latinoamericano una oportunidad importante expansión, de cara a la escalabilidad de la empresa.
Un claro ejemplo de emprendedores sociales con modelos sustentables y orgullo Baja Californiano.
Frontera – Adriana Eguía: La autora cuenta con un MBA en alta dirección y una maestría en Desarrollo Económico por CETYS Universidad. Es Directora de Endeavor en Baja California.
Fuente: Frontera