El uso responsable de los plásticos y la economía circular: Los plásticos se han convertido en el material “universal” de la economía moderna, al tener propiedades funcionales inigualables a un bajo costo, su uso se ha multiplicado de manera exponencial en el último medio siglo y se espera que se duplique en los próximos 20 años.
El uso responsable de los plásticos y la economía circular
Actualmente, en la vida cotidiana la sociedad está en permanente contacto con los plásticos, por lo que se espera que el mercado global en el 2020 tenga un valor de 654.38 mil millones de dólares,1 según Grand View Research, Inc. Las principales industrias de uso final de este material son: envase, construcción y automotriz; en tanto que en los países emergentes como China, India y Brasil, se espera que sean los que sigan siendo un factor clave para la demanda mundial de plástico.
Aunque el plástico ofrece muchos beneficios, la economía actual de este material tiene inconvenientes que se vuelven cada vez más evidentes, ya que después de un corto ciclo de primer uso, el 95% del valor del material de empaque plástico, que equivale de 80 a 120 mil millones de dólares anuales, se pierde. Por ejemplo, aproximadamente el 32% de los envases de plástico escapa de los sistemas de recolección, lo que genera importantes costos económicos al generar un daño en los océanos, aunado al daño generado en la infraestructura urbana. El costo de estos daños, además del asociado a las emisiones de gas efecto invernadero y al hecho de que la industria del plástico consumirá para el 2050 el 20% del total de la producción del petróleo y el 15% del carbono se estima en al menos 40 mil millones de dólares anuales.2
De acuerdo con Proyecto Mainstream Analysis, en el año 2013, sólo el flujo del plástico utilizado para embalaje fue una producción de 78 millones de toneladas, de las cuales al final de su uso el 14% se incineró o se utilizó para la generación de energía. El 40% fue a parar a los vertederos y el 32% se filtró al medio ambiente (contaminación en suelos y mares). Del 14% incinerado o utilizado en la generación de energía, el 2% se reutilizó en la producción de plástico en aplicaciones de similar calidad, el 8% se utilizó en aplicaciones de más bajo valor.
Este problema ha provocado una preocupación generalizada por el daño al medio ambiente, tema del cual se están ocupando a nivel mundial empresas, universidades, centros de investigación y en general la sociedad. Un ejemplo del interés de participar en la solución a este problema, es la creación de la iniciativa La economía del nuevo plástico, la cual es liderada por la Fundación Ellen MacArthur en colaboración con empresas, ciudades, filántropos, políticos, académicos, estudiantes, Organizaciones No Gubernamentales (ONG), y ciudadanos. El objetivo de esta iniciativa es aplicar los principios de economía circular con el fin de capturar las oportunidades en el uso del material con un enfoque explícitamente sistémico y colaborativo. Esto permitirá superar las limitaciones de las mejoras incrementales actuales y las iniciativas fragmentadas para crear un sentido de dirección compartido, generar una ola de innovación y mover la cadena de valor del plástico a un espiral.
Una vez dimensionado el problema, haremos referencia a la adopción del modelo de economía circular para el manejo de este material, el plástico. En la figura 1, se puede observar como los plásticos al final de su vida, siguen siendo recursos valiosos que al ser transformados en nuevas materias primas o energía tienen el potencial de generar un impacto social y económico relevante. A diferencia del actual modelo lineal, en donde el ciclo inicia en la extracción de recursos y concluye con los residuos del ciclo de vida del material.
El modelo económico actual, el lineal de “tomar, hacer, desechar” se basa en disponer de grandes cantidades de energía y otros recursos baratos y de fácil acceso, en tanto que la economía circular es una alternativa atractiva y viable basada en un sistema industrial reparador y regenerativo que pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento. La economía circular se basa en tres principios: preservar y mejorar el capital natural, optimizar el uso de los recursos y minimizar los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y unos flujos renovables.Los múltiples esfuerzos de investigación y la identificación de ejemplos de mejores prácticas han demostrado que una transición hacia la economía circular puede generar beneficios duraderos de una economía más innovadora, resiliente y productiva.
En México, también existen actores relacionados al sector académico e industrial que promueven el desarrollo de tecnologías que permitan el aprovechamiento del material teniendo como prioridad el respeto al medio ambiente. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE), en México la industria del embalaje que utiliza cerca del 50% de los materiales plásticos (por volumen), ha sido muy consciente de la necesidad de tomar iniciativas basadas en innovación y diseño. En México, la tasa de reciclaje de envases y embalajes plásticos apenas alcanza el 16%, porcentaje muy alineado con la tasa global actual del 14% que señala el reporte del Foro Económico Mundial. Un ejemplo destacable de la industria del plástico es la relacionada con la cadena de valor del PET, pues México es líder en toda América en acopio y reciclaje de este material, con una tasa de recuperación de 50.4%, según cifras de 2015.
Finalmente, destacaremos la importancia del sector académico para lograr transitar a una economía circular que permita generar un impacto benéfico en el medio ambiente y un impacto positivo en la economía a través de la generación de investigación aplicada que se conviertan en desarrollos tecnológicos con potencial de innovar a través del rediseño de materiales y productos que permitan la reutilización. En este sector, en México el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) a lo largo de los últimos años ha desarrollado tecnologías que permitan la reutilización de materiales, el reciclaje, el desarrollo de materiales sustentables, así como la adopción de tecnologías que fortalecen la visión de la economía circular, como es el caso de la manufactura aditiva.
Además, recientemente el CIQA ha iniciado la implementación de un programa que promueva la visión de economía circular en la sociedad, el sector educativo, así como en el empresarial. Este programa, tiene como pilares en la sociedad, la difusión a nivel general de este modelo de economía, en tanto que busca promover una educación en este tema en los diversos niveles escolares. Además, con las empresas se busca que en colaboración se generen procesos y productos que tengan como base la economía circular.
- https://www.prnewswire.com/news-releases/plastics-market-worth-65438-billion-by-2020-grand-view-research-inc-511720541.html
- https://newplasticseconomy.org/publications/report-2016
Fuente: CONACYT