El tener dinero disponible no significa ser inversionista, aún si son altos patrimonios o niveles de capital.
Durante décadas el mercado mexicano disfrutó de retornos de doble dígito en papeles de corto plazo respaldados por gobierno. ¿Qué más podría pedir el ahorrador? El CETE era la traducción perfecta del “bueno bonito y barato” en inversión. De esa manera el público ahorrador en México no necesitaba buscar riesgos ni tenía que esperar plazos largos para recoger los frutos de sus intereses; la inercia y el letargo del capital eran más que suficiente para satisfacer el apetito de crecimiento del ahorrador. Durante esa época, los ahorradores en México se acostumbraron a “tasear” o buscar qué banco o institución les pagaba más por ahorrar su dinero.
Pero las tasas de doble dígito se terminaron desde hace una década, y el hábito de tasear no se acabó; poco a poco entre ajustes de tasas y mercados a nivel mundial, el público ahorrador tuvo una áspera transición al “Nuevo Normal” (New Normal) que es un mercado actual en donde un rendimiento de 7% es considerado extraordinario (por mencionar un ejemplo de mercado de renta “fija”). Los bancos a nivel mundial sobretodo en mercados desarrollados ya pagan tasas al ahorrador mínimas, muchas veces cercanas a cero y en algunos casos negativas; además sumando la inflación la mayoría de las veces el ahorrador suele tener pérdidas si hoy en día estanca su dinero en tasas de interés de ahorro.
Romper el paradigma de la mentalidad ahorradora a la mentalidad inversionista ha costado mucha fricción para el mercado financiero por decir lo menos.
El ahorro es una excelente opción para planes a plazo inmediato o corto cuando se necesita la certidumbre de un nivel de liquidez preciso. Pero invertir el dinero a largo plazo permitirá que logremos metas que pueden parecer imposibles si solo ahorramos. Invertir muy frecuentemente tendrá mejores frutos que solo ahorrar. Efectivamente Invertir conlleva un riesgo y un plazo distinto, pero cuanto antes empecemos a invertir más aprenderemos y lograremos mejores resultados potenciales para un futuro en el océano de posibilidades de inversión si diversificamos correctamente.
En México las inversiones de capital privado han crecido exponencialmente en los últimos años por múltiples razones, pero aún es difícil que un inversionista de mentalidad tradicional busque oportunidades en estos mercados y sus respectivos fondos e instrumentos. La sofisticación financiera en México crecerá conforme evolucionemos de la mentalidad de ahorradores “Takers” a Inversionistas “Makers”.
Fuente: Disruptivo