Al menos en internet es difícil ubicar las asociaciones civiles activas en San Quintín. Mayor misterio resulta intentar conocer sus acciones, metas, objetivos o resultados; imposible consultar una gráfica de los avances o rezagos comparado con años anteriores de gestión que indudablemente alguna asociación atiende.
Para quienes colaboran dentro de una de tantas asociaciones puede parecer inoportuno hacerlos ver como fantasmas perdidos en este valle, al pertenecer a un organismo – hormiguero sin rumbo ni localización o formas de comunicación externa. Peor todavía sin herramientas , aliento o combustible para realizar su trabajo de forma eficiente.
Apostamos que a la mayoría le falta capacitación organizacional, por mencionar sólo una debilidad.
Mientras el mayor engrane económico es el agro, no encontramos a simple vista asociaciones o grupos de interés conectados con los ranchos para alcanzar el bien común.
Seguramente existen relaciones entre ellos sin embargo debieran encontrarse de forma abierta o pública estas acciones que favorecen la cultura de responsabilidad social principalmente en zonas con oportunidades de mejora.
Fortalecer y transparentar la relación entre quienes están para generar riqueza y las asociaciones civiles dedicadas a atender a sectores vulnerables (humanos, materiales o ambientales) sólo puede traer armonía y desarrollo verdaderamente sostenible.
Además, a falta de integración y vinculación de las secretarías de desarrollo social de los niveles de gobierno entre el sector productivo y las organizaciones civiles, resulta injusto culpar al gobierno por tal desinterés o desencuentro.
Si en las grandes ciudades con asociaciones no gubernamentales de gran poder económico e influyentes representantes del sector privado es complejo ver materializada sus propuestas en la política pública o leyes que nos gobiernan; ahora imagine las zonas rurales y alejadas de los centros del poder político.
Una vez al año al menos la secretaría de desarrollo social del gobierno estatal otorga en promedio diez mil pesos pos asociación que reúne los requisitos para ingresar al padrón. En lugar de darles un pedazo de pescado debieran enseñarles a usar el hilo y la red.
Por lo tanto, en breve convocaremos a las asociaciones activas con base en San Quintín para reconocer su trabajo, conocer sus proyectos y elegir fondear colectivamente aquellos que aseguren el mayor impacto de beneficio sustancial.
Una forma de responsabilidad y marketing social en el deporte televisado es otorgar becas o plantar árboles por cada gol. El entretenimiento, el canal Disney por su parte habilita proyectos sociales luego de un concurso de selección. El crowfunding y campañas como Ciel están haciendo una diferencia. Lo publican e involucran de forma inteligente a la sociedad.
En nuestro caso será por la recuperación y reciclaje de plásticos agrícolas residuales de manejo especial para algunos considerado basura. Los trabajos ya comenzaron. Haremos una acción a la vez.
Tenemos la condición de asegurar el cumplimiento a la normatividad ambiental. Esa parte es cumplir con la Ley de Prevención y Gestión Integral de Residuos para Baja California vigente desde 2007.
La acción de responsabilidad social comienza donde la ley no lo exige, como destinar un porcentaje de la ganancia y documentarlo positivamente a un organismo de la sociedad civil de San Quintín.
Dicho de otra manera, cumplir absolutamente con las disposiciones dentro del marco de las leyes no significa ser socialmente responsable.
Al rebasar para bien con acciones lo establecido en ley, comienza la responsabilidad social. Aquí vamos.
Autor: Daniel Paz – El autor es responsable de Iniciativa SQ para la capacitación en responsabilidad social. @DanielPazMx