¿Qué le falta a México para ser un país bicicletero como Holanda?: Actualmente Holanda es ejemplo de movilidad autosustentable, limpia barata y eficiente. Pero, ¿cómo llegaron a eso?
¿Cuántas veces no has escuchado decir a tus amigos más progres «En Holanda está increíble porque usan más la bici, we… esto es México». Y sí, tienen razón, Holanda es referente de transporte sostenible, limpio, barato y eficiente. Pero, ¿qué tuvieron que hacer los holandeses para llegar a ese punto?
¿Qué le falta a México para ser un país bicicletero como Holanda?
Pues los holandeses no son ningunos improvisados, llevan más de seis décadas probando distintas planeaciones urbanas para, poco a poco, convertir la ciudad en una cuyas ventajas de transporte se inclinen por las bicicletas y se revierta un poco la cultura de movilidad centrada en los coches.
El sueño de recuperar aquellas ciudades utópicas de antes de la Segunda Guerra Mundial se ha conseguido poco a poco, pero no todo ha sido miel sobre hojuelas. Tuvo que haber más de tres mil muertes en un solo año (1971), cientos de las cuales fueron de niños, para que los grupos de activistas salieran a reclamar que los peatones se apropiaran, en la medida de lo posible, de las calles.
El gobierno tuvo que voltear a ver las demandas de la gente que pedía mejores planes urbanísticos y la recuperación del espacio público como un lugar seguro de transitar. La crisis del petróleo jugó a favor y cambió el estilo de vida para que se relevara la dependencia y el derroche energético.
Digamos que se obligó a la «voluntad» política a ceder ante la presión ciudadana que se empeñó en subirse cada vez más a la bicicleta. Los grupos de bicicleteros fueron cada vez más abultados y las redes empezaron a tejerse: no había marcha atrás, las dos ruedas venían rápido.
Actualmente en el país europeo, famoso por sus políticas liberales sobre sexo y drogas, hay cerca de 18 millones de bicicletas (hay más o menos 17 millones de habitantes). Y claro, con 60 años de chamba detrás, no es extraño visitar Ámsterdam, por ejemplo, y sentir la amabilidad de las calles con este medio de transporte. Todo está adaptado: las vías, los estacionamientos y el acceso a otro tipo de transportes públicos. Todo. Pero no ha sido una tarea fácil.
En Holanda hay 18 millones de bicicletas
¿Qué le haría falta a México y en específico, a la Ciudad de México, para tener un mejor sistema de transporte tomando en cuenta los ejemplos de Holanda y Ámsterdam? Es obvio que las dimensiones de población y extensión de área no son equiparables pues en la Ciudad de México —CDMX— hay más de 20 millones de habitantes, mientras que Ámsterdam apenas rebasa los 825 mil. Y ni qué decir respecto a la población por país.
Las respuestas parecen obvias para una ciudad como la de México: seguridad, transporte público efectivo, educación vial, mejores vialidades y replaneación urbana. Pero ni es obvio ni hay varitas mágicas, por desgracia. Y es que para nadie es nuevo que en México no exista siquiera una base de datos oficial sobre los accidentes ocasionados a y por los ciclistas, o las razones que expliquen por qué en la CDMX no se exigen los saberes del reglamento de tránsito. Porque ha habido promoción del uso de la bici pero no con su respectiva infraestructura. Aún hay ciclovías con pendientes mal calculadas, baches o de plano inconclusas.
Actualmente sigue activo un programa llamado Estrategia de Movilidad en Bicicleta por parte de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), que promueve la recuperación del espacio público y la mejora de la salud. Que también está el programa Ecobici, que empezó en 2007 con 85 estaciones y mil 176 bicicletas y que hoy tiene 400 estaciones con seis mil 500 bicis.
Actualmente Ecobici tiene seis mil 500 bicis en uso.
Además hay iniciativas ciudadanas como la realización de rodadas, teniendo como ejemplo la Gran FondoMx, una carrera de 120 kilómetros que recorre las principales avenidas de la ciudad y la zona conurbada en las que la participación ha subido hasta un 900 por ciento, de mil 200 participantes en 2009 a 12 mil en 2016.
En la ciudad se estima que seis de cada 100 personas usan bicicleta como transporte cotidiano, según datos del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), y que más de seis mil personas circulan por la avenida principal de la ciudad, Paseo de la Reforma. Muchos pensarán que no es la panacea y que faltan años, planeación, participación ciudadana y voluntad política para aspirar al paraíso holandés de movilidad sustentable, pero se avanza rodada a rodada.
Fuente: Cultura Colectiva