Al comprender la complejidad y el funcionamiento de los fenómenos naturales y de las fuerzas que los rigen, nuestra especie se ha apropiado de sus recursos en pos del desarrollo, pasando en un periodo de tiempo relativamente corto, de ser un elemento más de la naturaleza a ser una fuerza geológica planetaria capaz de cambiar las condiciones climáticas y la dinámica de los ecosistemas en perjuicio de todas las formas de vida.
Ante los cambios constatables y las predicciones de un futuro a corto y mediano plazos en donde la calidad de vida de millones de personas y de especies animales y vegetales se ven amenazadas, el desarrollo sustentable se convierte en un imperativo ético que no puede postergarse más. Debemos de comprender que un desarrollo que solamente considera la rentabilidad económica no puede ser más el modelo de crecimiento que rija nuestras decisiones.
¿Qué es el Desarrollo Sustentable?
El desarrollo sustentable se refiere a un desarrollo que tenga siempre presente el cuidado y preservación del ambiente, el respeto a la dignidad humana y sí, la generación de riqueza económica. También es cuestión de equilibrio: hay que considerar cuánto podemos extraer de la naturaleza dando tiempo a que el recurso se regenere y también cuántos residuos podemos liberar a la misma dando tiempo a que ésta lo absorba o integre a sus sistemas.
Para muchos la sustentabilidad es una utopía que queda subordinada a la ambición desmedida de quienes tienen recursos y a la necesidad de supervivencia de quienes viven en la pobreza.
Para que la posibilidad de disfrutar un medio ambiente saludable que brinde calidad de vida a la presente y a las futuras generaciones sea real, debemos de comenzar a plantear cambios de fondo. La educación juega un papel insustituible pues son las instituciones educativas, principalmente las universidades, las que deben de comenzar a forjar profesionistas de todas las áreas con una conciencia de sustentabilidad.
De igual manera la sustentabilidad debería ser tema impartido como materia obligatoria desde los primeros años de escuela para poder inculcar en cada generación un sentido de amor, respeto y cuidado al medio ambiente.
Las empresas, ya sea de transformación y de servicios, deben de asumir su responsabilidad ambiental y social de manera contundente. No se trata simplemente de establecer ciertos mecanismos que ahorren energía o de participar en alguna campaña de reforestación.
Es necesario crear una verdadera cultura empresarial que se distinga por acciones permanentes para disminuir el impacto que cada empresa tiene en el medio ambiente en términos de uso de energía y producción de residuos; de la responsabilidad social que tiene en la comunidad que usa sus productos o servicios y de responsabilizarse con el origen y destino de los materiales que obtiene y trasforma.
Nuestro país cuenta con un Plan Nacional de Desarrollo y nuestro Estado cuenta con un Plan Estatal de Desarrollo. Ambos consideran líneas importantes que, por un lado, apuestan al desarrollo económico y social y, por otro, consideran líneas con acciones en pro del medio ambiente.
Sin embargo, es necesario considerar el cuidado ambiental de manera transversal, no como una línea de acción. Un desarrollo sustentable implica adoptar un esquema en que la naturaleza y el cuidado al medio ambiente sean la base de la toma de decisiones sociales y económicas.
El ambiente cobra una connotación especial, pues no se refiere sólo al contexto físico-químico que nos rodea o a las diversas formas de vida con las que compartimos el espacio, la importancia del mismo parte de comprenderlo como una condición indispensable para nuestra existencia. Es simple: sin una naturaleza sana no puede existir el desarrollo ni económico ni social.
El desarrollo sustentable puede ser una utopía o una realidad, depende de la convicción y de la suma de acciones individuales de cada uno de nosotros llevadas a nuestros diferentes ámbitos de vida pero, sobre todo, de asumir que al ser la única especie racional en el planeta tenemos el deber ético y moral de velar por la perpetuidad de todas las formas de vida en términos de calidad y cantidad.- Mérida, Yucatán.
Autor: Miguel Carbajal Rodríguez (*)
mcarbajal@marista.edu.mx
Fuente: Yucatán.com.mx
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*) Director de la Escuela de Recursos Naturales de la Universidad Marista de Mérida. Maestro en Bioética y Derecho y en Educación.