Los privilegios de la sostenibilidad y la ética en los negocios: La sostenibilidad y la ética gozan de poca popularidad entre la gente, pues sugieren mucha obligación y pocos privilegios. No obstante, si acercamos nuestra mirada a estos temas, descubriremos que nos pueden redituar ventajas diversas.
Los privilegios de la sostenibilidad y la ética en los negocios
La sostenibilidad cuenta con una herramienta que permite medir sus impactos, llamada la “triple cuenta de resultados” (Elkington, 1994). Ésta engloba aspectos económicos, sociales y ambientales, los cuales amplían la perspectiva de la sostenibilidad más allá de los recursos naturales.
Históricamente, las empresas se han enfocado en generar ganancias para sus accionistas; sin embargo, una vez incorporada la sostenibilidad, se incluye también el ámbito social que las rodea y al entorno ambiental donde se ubican.
El grupo de personas de interés va más allá de los accionistas para incluir a otros stakeholders: empleados, proveedores, comunidad, y toda la cadena de valor vinculada a la empresa. Se convierte también en protagonista el medioambiente, que necesita restauración por los efectos de la actividad empresarial, y la sociedad en su conjunto participa directa e indirectamente de las actividades de la empresa.
Lo anterior se inscribe dentro de la responsabilidad que ejerce la empresa a través de sus operaciones, también conocida como Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que, en conjunto con la sostenibilidad, se enfocan en crear una cultura laboral con beneficio social, económico y ambiental, que convoca a todos los implicados.
Las empresas coadyuvan a una mejor calidad de vida laboral y personal, lo cual redunda en un mayor rendimiento en el trabajo, mediante iniciativas de inclusión social; igualdad de oportunidades; apoyo a la salud y educación de sus trabajadores; y equidad salarial.
Por último, la ética subyace a las iniciativas de sostenibilidad que se emprenden en las esferas privada, pública y social, y están orientadas al bienestar para todos. Comprende normas morales que orientan nuestra conducta, mismas que emanan de principios universales y se matizan por las prácticas sociales de cada cultura. Optar por el bien, sobre todo por el bien común, se traduce en condiciones de justicia y prosperidad. Estos son los privilegios de la sostenibilidad y la ética: la contribución de todos y cada uno a la consecución de un bien mayor para los seres humanos.
Por: Dra. Teresa Ernestina Almaguer Salazar, directora académica nacional de EGADE Business School