Capitalismo Social: El profesor Michael Porter, creador de la teoría de los clusters y uno de los pensadores más influyentes en el mundo en temas de negocios y estrategia competitiva, dice que él sería infinitamente rico si cada vez que alguien declarara que van a crear un cluster de la actividad económica que a usted se le ocurra, le pagaran un centavo de dólar.
Capitalismo Social
Doctor en economía por Harvard y autor de una veintena de libros, este distinguido académico define a los clusters como una concentración geográfica de empresas e instituciones alrededor de determinado sector económico, que mediante la colaboración han establecido proyectos conjuntos y que, resultado de esta interconexión, muchas ciudades y regiones han aumentado su productividad y competitividad, reduciendo costos y acelerando el aprendizaje y el conocimiento.
Su libro “La Ventaja Competitiva de las Naciones”, impreso por primera vez en 1990, hizo una acuciosa investigación sobre este concepto y ha guiado muchas de las políticas de desarrollo económico de regiones y naciones enteras que, como se sabe, no se dan por decreto ni mucho menos por voluntarismo.
Pero en los últimos años, el interés de Porter ha sido el medir el desempeño económico y social de los países por medio del “Índice de Progreso Social”, un concepto que busca ir más allá de la medición de criterios sólo monetarios o macroeconómicos, como el PIB (Producto Interno Bruto), utilizado comúnmente como el indicador para conocer los avances económicos de una nación o estado.
Pero el progreso social va más allá, pues lo que busca medir es la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de sus ciudadanos, establecer los componentes que les permitan mejorar y mantener la calidad de sus vidas y crear las condiciones para que todas las personas alcancen su máximo potencial.
El doctor Michael Porter explica la compleja relación entre el progreso social y el desarrollo económico, y que la relación entre ambos conceptos debe ser vista como una calle de dos vías, porque está comprobado que el crecimiento económico no necesariamente significa progreso social, pero el progreso social siempre será un elemento para la prosperidad económica.
Es por eso que este índice de Progreso Social mide los resultados
que de verdad importan en la vida diaria de las personas, como la salud, educación, medioambiente, oportunidades, derechos y hasta conceptos subjetivos como la felicidad.
Y como el progreso social tiene una definición muy amplia, el índice lo basa en los siguientes tres pilares: necesidades humanas básicas: casa, comida, agua y aire limpio. El segundo: las bases del bienestar, como el acceso al conocimiento y las comunicaciones, un ecosistema sostenible. Al tercer pilar lo llama “Oportunidades” y tiene que ver con derechos personales, libertad personal, tolerancia, inclusión y el acceso a una educación avanzada.
Los resultados de la edición 2017 analizan el “Progreso Social” de 128 países, colocando a Dinamarca en el primer sitio y a México en lugar 48.
El estudio llega a una conclusión: el desarrollo económico es importante, pero no suficiente, ya que no se trata de que los que tienen mucho tengan más, sino de que aquellos que tienen poco o demasiado poco tengan más.
La palabra capitalismo, utilizada hoy día a rajatabla, es casi mal vista, pues existe cada vez más conciencia de que el capital debe ser usado para crear impacto social y que la eficiencia en la economía y el progreso social no deberían ser opuestos.
Se trata de una especie de capitalismo social, si es que esto puede existir algún día.
Porter sostiene que el sector privado tiene una profunda capacidad para impactar los problemas sociales y que incluso existen grandes oportunidades de negocio al satisfacer las necesidades económicas de los que menos tienen como respuesta a los problemas sociales.
En el caso mexicano, con las infinitas desigualdades existentes entre ricos y pobres, vale la pena recordar la frase del novelista y poeta bengalí y Premio Nobel de Literatura, Rabindranath Tagore, cuando, atormentado por su riqueza personal y la pobreza de la India, escribió: “Llevo dentro de mí un peso agobiante: el peso de las riquezas que no he dado a los demás”.
Fuente: Marcos Durán F. para Vanguardia