Un nuevo estudio respaldado por la Fundación Rockefeller, The Resource Foundation y Dalberg Advisors, insta a transformar la filantropía en América Latina y el Caribe a través de cinco agendas estratégicas. El informe destaca el potencial filantrópico de la región. A su vez, señala que la movilización de solo el 1% de la riqueza privada podría generar más de $5.000 millones de dólares anuales para el desarrollo social. Los hallazgos proponen un nuevo modelo centrado en la colaboración intersectorial, la inversión con propósito y el liderazgo local para abordar la desigualdad estructural.
5 agendas para activar la transformación filantrópica en América Latina y el Caribe
La publicación, titulada “Cinco agendas para activar la transformación del sector filantrópico en América Latina y el Caribe”, analiza el papel actual de la filantropía en la región. Concluye que las donaciones son significativamente menores en comparación con otras partes del mundo, a pesar de las crecientes necesidades. Según el World Giving Index, las donaciones privadas apenas alcanzan entre el 0.2% y el 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB). Esta es una cifra hasta un 50% menor que economías comparables.
En este contexto, la desigualdad sigue siendo un desafío estructural profundo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que casi 270 millones de personas viven en pobreza. Por consiguiente, los autores del informe subrayan que existe un gran potencial filantrópico sin activar. La movilización de solo el 1% de la riqueza privada de la región podría liberar más de $5.000 millones de dólares anuales. Esta suma es comparable al total de la ayuda internacional que recibe actualmente.
Desafíos y la necesidad de liderazgo local
El estudio identifica desafíos estructurales clave, incluida la falta de inversión estratégica y la baja confianza pública en las ONG. Latinobarómetro indica que solo el 27% de los latinoamericanos confía en estas organizaciones. Además, la ayuda internacional ha disminuido, lo que agrava la necesidad de fortalecer el esfuerzo regional. En contraste a esta desconfianza, existe una demanda de resultados, dado que el 78% de la población apoya la cooperación si se demuestra efectiva.
Lyana Latorre, vicepresidenta de la Fundación Rockefeller para América Latina y el Caribe, afirmó que la región requiere una filantropía que promueva cambios estructurales y sostenibles. Deben dejarse atrás las soluciones temporales. El informe enfatiza la urgencia de redefinir cómo se gestionan los recursos para maximizar el desarrollo social.
Cinco agendas estratégicas para un nuevo modelo
A partir de un amplio proceso de consulta con más de 70 líderes regionales, el informe propone cinco agendas estratégicas para transformar la filantropía y activar ese potencial filantrópico:
- Colaboración radical: Promover alianzas sostenidas con gobernanza y metas compartidas para escalar resultados.
- Movilización de recursos locales: Ampliar las fuentes de financiamiento e integrar nuevos actores para activar la riqueza privada latente en la región.
- Inversión con propósito: Priorizar la calidad sobre el volumen, midiendo el retorno en impacto social y sostenibilidad.
- Liderazgo local: Reconocer a las comunidades como aliadas y no solo como beneficiarias, asegurando la apropiación compartida del cambio.
- Profesionalización del sector: Fortalecer la infraestructura filantrópica con mejores sistemas de información, talento especializado y rendición de cuentas.
Finalmente, Beatriz Guillén, directora ejecutiva de The Resource Foundation, concluyó que el capital y el talento existen en América Latina y el Caribe. El enfoque, según el estudio, es activar estos elementos con propósito, construir confianza y demostrar que la inversión con propósito es una estrategia clave de desarrollo social.





